Edición Especial Caminos por las artes
“Lo que habitamos”
Imagen: Nancy Cianfagna
Texto: Italo Calvino
Por la paz
Por la Paz. Todos transitamos ciudades invisibles, internas, donde batallamos la paz y la guerra. Esa lucha desesperada entre el bien y el mal surgen como reflejo de la naturaleza humana.
“Las grandes luchas se llevan a cabo en el interior del hombre, es ahí donde se batalla.” (Mahatma Gandhi)
“Dioses de dos especies protegen la ciudad de Leandra. Unos y otros son tan pequeños que no se ven y tan numerosos que no se pueden contar. Unos están sobre las puertas de las casas, en el interior, cerca del perchero y el paragüero; en las mudanzas siguen a las familias y se instalan en los nuevos alojamientos a la entrega de las llaves. Los otros están en la cocina, se esconden de preferencia bajo las ollas, o en la campana de la chimenea, o en el sucucho de las escobas: forman parte de la casa y cuando la familia que la habitaba se va, ellos quedan con los nuevos inquilinos; tal vez ya estaban allí cuando la casa aún no existía, entre las malas hierbas del solar, escondidos en una lata oxidada; si se echa abajo la casa y en su lugar se construye un palomar para cincuenta familias, se los encuentra multiplicados en las cocinas de otros tantos apartamentos. Para distinguir los llamaremos a unos Penates y a los otros Lares.”
“La verdadera esencia de Leandra es tema de discusiones sin fin. Los Penates creen que son ellos el alma de la ciudad, aunque hayan llegado el año anterior, y que se llevan consigo a Leandra cuando emigran. Los Lares consideran a los Penates huéspedes provisionales, inoportunos, invasores; la verdadera Leandra es la de ellos, que da forma a todo lo que contiene, la Leandra que estaba allí antes de que todos estos intrusos llegaran, y que se quedará cuando todos se hayan ido.”
(Calvino, Las ciudades invisibles. Las ciudades y el nombre.2)