11° Edición Digital de Artes y Letras “Elementos”
Imagen: Rocío Maipaicena
Texto: Adrián Rusak
Humanidad multicolor
Abdul fue un ser con una niñez muy feliz, la cual vivió junto a sus seres queridos con la mayor plenitud. Pero crecer fue difícil para él, porque con los años, llegaron las traiciones, los desengaños, los fracasos amorosos y hasta la toma de malas decisiones en el plano laboral y hasta en el personal.
Todos esos golpes, hicieron un gran daño en su interior, llevándolo a caminos oscuros, donde dejó de ser el mismo para convertirse en otra persona, en su propio impostor, para intentar conseguir desesperadamente la aprobación de los demás.
Pero con ello, continuó transitando nuevas decepciones que lo hicieron conocer la depresión y decidió aislarse del mundo para encerrarse en su propia dimensión. Así, la nebulosa se adueñó de su alma y comenzaron las adicciones al alcohol y las drogas nocivas, transformando su mente en una sombra de lo que había sido.
Pero un día, no pudo más con tanto dolor y tocó fondo, cayendo desvanecido para terminar en un centro de atención médica. Allí, entre los cuidados del personal que hacían un gran esfuerzo para lograr su salvación, siendo un completo desconocido para ellos, pudo ver que su existencia realmente tenía valor en esta tierra.
Y entre tanta vocación y bondad desinteresada, pudo contemplar ante él una bello arco iris de esperanza, haciendo a un lado la oscuridad para ingresar a una realidad multicolor, llena de esperanza. Hoy, Abdul ya no se encuentra dentro de un hospital y está realizando un tratamiento especial para sus adicciones y, si bien su vida no es perfecta, volvió a ser feliz.
Y esa felicidad es verdadera porque volvió a ser realmente él, con sus aciertos e imperfecciones, pero siendo sincero consigo mismo y eso, definitivamente, es una de las cosas más importantes para todo ser.