III Edición Digital de Artes y Letras
“Matriarcal”
Autor: Alberto Colonna
Dolor de madre
Sabía que estaba condenado.
¿lo sabía? ¿Acaso lo sabía?
Lo parió con el amor de madre,
con el dolor de madre que paría.
Sabía que estaba condenado
Pero lo protegió, como lo haría
cualquier madre que cuida a su cachorro,
con arrullo de noches, con angustias de día.
Sabía que estaba condenado,
pero calló, serena, cuando vio que partía
Era el rumbo que tenían marcado,
El y ella, según las profecías
Sabía que estaba condenado,
y aun así dejó que fuera luz y guía
de aquellos que lo estaban esperando,
de aquellos mismos que lo condenarían
Sabía que estaba condenado
Pero fue la madre y la adusta compañía.
Anduvo por senderos con destino marcado.
de sangre, de locura, en la noche sombría.
Sabía que estaba condenado
Pero siguió a su lado con osada porfía.
Lo vio en la cruz, el rostro ensangrentado,
los clavos en las manos, en el pecho la herida.
Lo recogió en sus brazos con ternura,
acarició el cabello desgreñado,
lo acunó sin prisa y expresó quedamente:
Yo sabía que estabas condenado.