1° Edición Digital de Artes y Letras
“Arte que se comparte”
Imagen: Fernando Guardo
Texto: José Luis Cravotta
Desencanto al trabajo
Vivimos en una época totalmente convulsionada donde gobiernos neoliberales y criterios económicos se suceden imprevisiblemente. Un contexto que ofrece insuficientes alternativas de crecimientos e inclusiones, provoca la puesta en duda de los valores morales y espirituales del hombre, produciéndose así el desasosiego y el desencanto hacia la vida. Vida que va consumiéndose como una llama.
En este contexto en donde lo que parecía estable, es en realidad lo inestable, lo que ocasiona vernos inundados de violencias, desorientación, caos y hasta la pérdida misma con el otro.
El ruido sordo de “el canto al trabajo”1, refleja un contraste de la violencia producto de las implementaciones del sistema. Este joven se encuentra solo ante este contexto. Así lo expresa con fuerza y maestría la obra de Fernando Guardo, retratando estados de la intemperie social, donde habitan la impotencia y el desasosiego.
Muchas fuentes de trabajo fueron perdidas, producto de políticas neoliberales. Las escuelas ya no logran abarcar o contener estos hijos, como el personaje, de padres desocupados.
En la irracionalidad con la que convivimos tiene fuertes efectos sobre el sujeto. Sujeto construido desde lo social. Este joven nos revela, con su mirada desorbitada y con el cuerpo aturdido (dolorido) por los síntomas del malestar urbano, buscando de alguna manera anestesiar lo toxico del dolor del desamparo, que lo único que profundiza es el contacto con sus conflictos. Sujeto que deja de contar consigo mismo. Este desencanto, se nos presenta como el primer síntoma que es, la perdida de la esperanza, e incluso la capacidad de poder proyectarse hacia adelante.
El juego entre el personaje y el canto al trabajo, nos dan la sensación de desorientación y del empobrecimiento. El personaje se desvitaliza y pierde el sentido de la vida, que es el motor que da la posibilidad de forjarse ese futuro prometedor.
Con libertad y dominio técnico que lo caracteriza, Fernando Guardo, nos introduce no solo, en las victimas de una creciente desigualdad, sino también de la alienación que encarniza el personaje central de la obra. Fernando disecciona ese estado de cosas con una dureza sin concesiones, nos muestra la realidad social actual.
El efecto que provoca la obra “Desencanto al trabajo”, es sumergirnos de lleno en las raíces del conflicto humano, en donde se ha resignado el compromiso con el propio deseo y el accionar solidario con nuestros semejantes.
Este es el efecto de la obra, el desencanto, característica principal de la sociedad en que vivimos.
Nuestro desafío hoy, es pensar y actuar sobre estas realidades, y quizás el personaje que habita la obra, pueda liberarse de su horrenda opresión recobrando su derecho a soñar.