Amor de madre

III Edición Digital de Artes y Letras

“Matriarcal”

Imagen: Liesel Cerna

Texto: Fausto Hernández Ramos

Madrecita mía

MADRECITA MÍA

Fuiste un oasis en mi desierto,

mis tristezas, mis quebrantos, mi alcoholismo,

mi primavera… en mi verano,

en mi otoño y mi invierno,

en los momentos críticos, me extendiste la mano,

me diste gran amor con ese corazón tan tierno,

rompiendo esquemas, dándome cariño,

con gran ternura… como si fuera niño.

Ataviándote, con los colores del amor,

calmaste mis penas y ese gran dolor,

que emerge desde lo más profundo,

de un corazón lastimado…

algo fuera… de este mundo.

Olvidándote de ti…

empuñaste la bandera, de la vida, paladeando,

el sufrimiento, recordando la quimera,

dando amor a los demás,

siempre… fuiste la primera.

En los momentos de un oscuro tormentoso,

me diste luz… confianza,

acallaste el infierno veleidoso,

que lastimaba mi corazón como una lanza,

dominando gran virtud,

amor, paciencia y una gran esperanza.

Por existir…

Gracias madrecita.

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