Convocatoria 13° Edición “Amar”

Abrimos convocatoria para participar de la 13° entrega de nuestras ediciones digitales. Recibimos duplas de imagen y texto, hasta el 15 de junio. Accede a las bases en el botón debajo.

La primera pregunta que nos surge acerca del amor ante el intento de definirlo, es si se trata de un sentimiento o una acción. ¿Es amar una cualidad del sentir, o es una cualidad del hacer? Si intentamos evadir las categorizaciones del amor y centrarnos en su definición más general, la duda es esa: ¿Amar, se siente o se hace?

Si nos es habitual la lectura de poesía, podríamos evidenciar que hay una definición de amor según cada poeta, desarrollada más por la experiencia personal que por un consenso intelectual. Los éxitos o fracasos en las relaciones, moldean nuestra percepción del significado del amor.

Así, nos paramos frente a la experiencia de amar con cautela y medida, o con la más libre entrega al desarrollo del vínculo.  Pero estas son solo actitudes frente a un estímulo, no definen aún si lo que sucede es sentimiento o acción.

En “Amar” plateamos que es ambas cosas, un sentir primero, que se sostiene y se desarrolla en el devenir del tiempo con la acción. Para amar, la intima contemplación del sentir, nos debe guiar hacia acciones que, teniendo al objeto de amor (persona/cosa/lugar) como depositario, sean una demostración permanente de la activa presencia e implicancia en el vínculo.

Y aquí es donde los destinos de este viaje que emprendimos para el 2025, nos llevan a dos ciudades que, con sus particulares improntas, representan los dos factores de la ecuación, el sentir y el hacer.

Venecia y Paris.

Venecia es el sentir, profundo, estático, contemplativo. Quizás, la urbe más cercana a la arquetípica definición que relaciona el agua con los sentimientos y la psiquis. Es esa agua golpeando en los antiguos muros de la condición humana. El ahora más perfecto, todo lo que fluye sin contenciones. Es el dejarse llevar, como la góndola que no busca un destino. Es abrazar el momento, porque todo puede quedar oculto en la próxima marea.

Es el instante eterno, en el que se descubre que se ama. Íntimo y escondido bajo la bruma de un sentir oceánico. Es el verso a verso de un poema que comienza a escribirse para otro ser. Venecia, es el lugar perfecto para enamorarse. Sumergirse, flotar, navegar en las posibilidades de ese vínculo especial.

Paris es todo acción. Agitada y multisensorial. Buscando el futuro y la expansión, sin perder la huella del camino hasta el ahora. Es consciente de si misma y de la diaria elección de los otros, a pesar del tumultuoso caos.  Es los ojos abiertos contemplando el pasado y haciendo del presente un ahora. Es mutua inspiración y aprendizaje. Es la aspiración del mañana construido desde la interacción permanente y consensuada en el presente. Es una construcción idealizada que busca la belleza y la profundidad intelectual.

Si bien sabe lo que fue, y lo que es, se centra siempre en la construcción de lo que quiere ser. De todo ello, hablan siempre las alturas. En esta ciudad, contemplar la vastedad desde lo más arriba posible es casi un deber. Torres, terrazas y miradores, existen solo para ofrecer visiones elevadas y vastas. La acción en amor, es eso mismo.

En “Amar” invitamos a presentar duplas de imagen y texto que conversen sobre sentires y actos en el devenir del amor.

El equipo de MGDA – Creando espacio para el arte.

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