Lonely-Boy

IX y X Edición Digital de Artes y Letras “Inocencia y Pulsión”

Autor: Juan Pruvost

Rechazado

Una tarde fui a la casa de mi amigo Gustavo. Eramos chiquitos. Primaria. Cuando llegué la mamá me dijo que no estaba, que se había ido a jugar con otros amigos a la casa de la abuela. Yo sabía que la casa de la abuela en realidad estaba deshabitada. Había muerto hacía poco. Caminé esas dos cuadras.

Cuando llegué abrí con timidez la puerta de reja que daba a la calle. Atravesé la entrada llena de plantas y macetas y toqué la puerta principal pero nadie me atendió. Pasé igual. Las luces estaban apagadas. La casa en general estaba un poco a oscuras. Empecé a escuchar risas. Había movimiento en las habitaciones. Siluetas cruzaban rápidamente los pasillos. Estarían jugando a las escondidas o algo así. Apareció Gustavo. Estaba agitado, un poco excitado. Pero sobre todo estaba confundido de verme ahí. La verdad es que yo no estaba invitado.

Eran tres chicos y tres chicas. Jugando a las escondidas en la oscuridad. Pero qué hacían en realidad? Habrían estado haciendo alguna de esas cosas que me producían cosquilléos en la panza de solo pensarlas? Habrían estado haciendo algo prohibido? Se habrían estado besando? Se habrían estado tocando? Yo no estaba invitado. No estaba en sus cálculos.

Nadie ahí me estaba esperando. Eran tres chicos y tres chicas. Yo, evidentemente, sobraba. Cuándo fue la primera vez que sentíste que te rechazaban? En ese momento no capté las señales. Pero Gustavo fue amable y me invitó a quedarme. Él siempre me trató bien. Jugaba conmigo en el recreo. Me invitaba a su casa. Recuerdo que me impresionaba lo rápido que corría en gimnasia. Recuerdo que tenía un lunar en el cachete derecho.

Comparte este artículo

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
0 Comments
Newest
Oldest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
Carrito de compra
Scroll al inicio