La sombra en la casa

VI Edición Digital de Artes y Letras

“La casa”

Autora: Mariela Linsalata

Texto: Victora Palacios

La sombra en la casa

Una casa tenía un huerto, duraznos y mandarinas
era la casa de mi abuela
una abuela y una madre.
La casa siempre es la casa
de una abuela y una madre,
una pequeña casa,
con habitaciones húmedas
un llamador
y una pluma de metal
para sentarse y escribir
cartas
a un hombre sentado
en una oficina, de inmigraciones.
Salir de la casa, podía ser una cuestión
de vida o muerte o una trinchera,
una casa podía ser la patria
la junta militar
y la carta, un habeas corpus.
Pero esta no era esa casa
era la pequeña casa
la de las abuelas y las madres
migrando a la matria,
en un recorrido, paso a paso
que lastima los pies, que hiende
lo dado y sacude las palabras aprendidas.

Una pequeña casa que abrió
pasillos interminables por donde buscar,
y en cada puerta, pesada puerta
encontró un oficial, vigilancia nunca
más desencarnada de la memoria.

El huerto de la pequeña casa
sigue indómito como
cualquier otro huerto
pero los duraznos,
(oh los duraznos)
se llenaron de gusanos, dulce
al paladar, prohibidos
y las mandarinas, inmaduras
aún, arrancadas de cuajo.

Cómo imaginar esta casa
sin su sombra,
cómo creer que esta casa es
la última de muchas otras

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