III Edición Digital de Artes y Letras
“Matriarcal”
Autora: Gabriela Toledo
Rúbricas
RÚBRICAS … de las que sobrevivieron al machirulaje
La firma puede ser tan simple como escribir un rayón o un par de iniciales… Un rulo o un nombre en letra simple o muy elaborada, grande o chiquita, pero todas… rubrican un documento.
Entre los intentos por resurgir y el desesperado intento de bucear por los oceanos profundos por la identidad y la importante cantidad de documentos por firmar que tienen que soportar las víctimas de violencia de género es que surge mi ironía irónica…
He aquí trozos de materiales inertes que simplemente vi… de entre las pisadas, algunas incrustadas en el asfalto y otras en la arena de las calles cotidianas…. pero todas a la vista de todos!
Te invito a leer 2 historias que están ilustradas con firmas hechas con alambres que encontré tirados en calles de por ahí.
Las cuatro
Resurgieron de entre la puta moralidad, ninguna de ellas paradas en la esquina ni manejadas por ninguna madame ni un proxeneta, tampoco estafadoras, ni garcas, ni ñoquis, ni mulas.
Simplemente estas 4 mujeres cuestionaron el rol femenino, los mandatos…
Clara se cansó de explicar que no quería hijos…. Marta que quería decidir sobre su cuerpo y Juana que quería pasar más tiempo laburando que cuidando de sus crixs. ¡Pero Carina, hay Carina! pobre Carina. Ella participaba de marchas junto a su pequeña hija, de los encuentros nacionales de mujeres y daba charlas a mujeres en cuanto lugar pudiera darla. Peleando contra un sistema que se esforzaba a diario por cuestionarla, por combatirla.
Y si… la pobre, con una experiencia vivida que le cambió el rumbo de su vida y la terminó haciendo “feminista”. Su lucha estaba en tribunales desde hace 11 años. Unos cuantos en el pueblo la veían como la loca, otros como la pobre mina, algunos se alejaron “por las dudas”… – “mira si nos trae problemas!”. Y si… mientras tanto la pobre infeliz iba como maleta de locos, del abogado a tribunales y de ahí al psicólogo. Juntando el mango como se podía dentro de lo moralmente aceptable para poder pagar los onerosos costos de enfrentar las luchas por justicia en cuestiones de derechos humanos. Su pequeña ahí… al lado.
Al fin llego el día, después de años de “chicanas judiciales” por parte del violento y con la complicidad de un sistema garantista que más que garantista… se torna en un sistema cagón!.
Estuvo allí sentada frente a 3 jueces que la miraron desde arriba, con ropas lujosas y con relojes que marcaban que la vida de ellos estaba fuera del recinto.
PUMP! El martillo se bajó: absuelto por el beneficio de la duda, y la firma de 3 jueces bañados en agua de soberbia, que olvidaron tomar la pastillita de la empatía y la carencia total en formación en alguna perspectiva de género.
Y una sola la pregunta la abrumaba… que decirle a su hija? Como le explicarle la impunidad que este sistema arroja?
Pero siempre aparece alguien… alguien que por las venas le corre sangre, una fiscal que en representación de esa menor vulnerada e indefensa le dijo a Carina… hay que revertir esta mirada y seguir luchando, porque tu hija son todas las nenas…
Y un grito como fusión de lo que palpitaba en ambas se unió al del colectivo de feministas y la Justicia le dio otra chance para “seguir participando” en busca de sopesar los elementos bajo la lupa de la verdad.
Hoy ese violento y perverso acusado, está siendo nuevamente procesado. Y esta niña ya mujercita sabiendo simplemente que la madre ante todo la protege.
La Sultana
- Señora Mamá, buenas tardes. Antes que nada, quería darle las gracias por acercarse al llamado de nuestra directora de este prestigioso colegio.
- ¿Ustedes saben que soy una madre muy presente, así que aquí estoy… Pasó algo grave?
- Nos resulta muy difícil comunicar el comportamiento de uno de sus hijos… El menor, el que va a jardín de infantes.
- Me preocupa… Qué le pasó a mi hijo?
- Ayer por la tarde peleó con su compañera, lo cual es muy normal entre los niños a esa edad… El problema es que él peleaba porque quería la silla rosada.